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Fraudes con tarjetas: reduce el riesgo de que te suceda

En un día normal, Martha revisaba el estado de cuenta de su tarjeta de crédito, cuando sorpresivamente se dio cuenta de que registraba una serie de consumos que no reconocía. Fue este el momento en el que se dio cuenta de que habían “clonado” su tarjeta.

Alarmada, llamó a su banco para explicar lo acontecido y solicitar de inmediato la cancelación de su tarjeta a fin de evitar que continuaran utilizándola en su nombre.  Tras realizar su reclamación, la entidad bancaria inició el proceso de investigación correspondiente para buscar la forma de reversar dichos gastos.

Una práctica ilícita…

La clonación de tarjetas, también conocida como skimming, es una práctica de personas desaprensivas que consiste en duplicar los datos contenidos en el plástico de las tarjetas de crédito o débito (nombre, números, fecha, código de seguridad) con el fin de efectuar operaciones financieras ilícitas a nombre del titular.

El skimming o clonación de tarjetas registra un 2% entre los delitos de mayor incidencia en la República Dominicana, según datos del Centro Nacional de Ciberseguridad (CNSC) y el Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (DICAT).

Para hacer posible este delito, los malhechores utilizan distintos métodos físicos y digitales, aprovechando ocasiones en la que los usuarios son poco precavidos con el manejo del producto.

Ya que de seguro no quisieras estar en la situación de Martha, te presentamos algunas de las técnicas que emplean para obtener la información de las tarjetas, y también te indicamos cómo reducir el riesgo de ser víctima de dicho fraude:

Copian o fotografían la información...
Los defraudadores anotan los datos de las tarjetas o incluso toman fotografías de estas para almacenarlos y utilizarlos en lo adelante en compras vía Internet.


Crean sitios web falsos...
Los ciberdelincuentes han aprovechado el auge de las compras en línea para crear páginas web de falsas tiendas en línea, en ocasiones con ofertas tentadoras que captan la atención del usuario, insistiéndoles a adquirir un producto. Sin embargo, al colocar los datos de la tarjeta para realizar una compra, lo único que se hace efectivo es el robo de la información.

Envían emails engañosos...
A esta técnica se le conoce como phishing. Con ella, el criminal suplanta la identidad de una entidad legítima (red social, banco, institución pública) o un servicio con mucha reputación. A través de un correo falso, informa un supuesto error de la tarjeta o cuenta y solicita pulsar un enlace que envía a una página aparentemente legitima, donde pide informaciones personales y de las tarjetas con la intención de quedarse con estos.

Recomendación: Cuando decidas pagar con tu tarjeta en algún establecimiento comercial o tienda física, no la pierdas de vista al momento de realizar el cobro en la terminal de pago. En caso de que la terminal no esté cerca, solicita una inalámbrica o dirígete hasta donde esté el dispositivo.

Recomendación: Si decides comprar en una tienda en línea, asegúrate que sea una página segura verificando la legitimidad del sitio web. Una manera es constatar que tenga un candado justo al iniciar su dirección web, lo que significa que el protocolo de aplicación, conocido como HTTP, cambiará a HTTPS, donde la ‘S’ significa «seguro». Cómo saber que una página web es segura



Recomendación:
Al recibir un correo electrónico, evita pulsar en enlaces o descargar archivos adjuntos, sin antes verificar que sea genuino. Aquí tienes 5 señales que te dirán si un correo es falso.

La seguridad de los productos bancarios es responsabilidad de todos. Como usuarios es importante estar alertas y ser precavidos en su uso, para mitigar el riesgo de ser afectados por las malas intenciones de los criminales.  

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